miércoles, diciembre 30, 2009

NAVIDAD, NAVIDAD, AUSTERA NAVIDAD.

Estoy de acuerdo en que la navidad es una época del año en la que la gente, y sobre todo los niños, tienen una especial ilusión, ya sea por la llegada de Papa Noel o por la de los Reyes Magos, por las reuniones familiares o por el ambiente de jolgorio general que hay en las calles de cada pueblo y ciudad.

Estoy de acuerdo en que para incentivar la compra de los ciudadanos hay que adornar las calles, en que hay que hacer una cabalgata de Reyes para los más pequeños y en que hay que dotar de actividades la ciudad para que los padres sepan que hacer con sus hijos durante las vacaciones.

Lo que no consigo entender es que como consigue el equipo de gobierno de nuestra localidad que cada año Arganda tenga más luces y adornos en estas fechas. Este año han decidido convertir la fachada del Ayuntamiento en una especie de Cortilandia y por si fuera poco han sumado un macro árbol navideño.

Aparte de toda la decoración, hay que sumar las actividades organizadas en el Recinto Ferial, a las que no me opongo y que creo necesarias, pero que en la situación económica en la que está Arganda no me parece el momento más adecuado para realizar este gasto de dinero.

Es cuanto menos contradictorio ver como el alcalde, don Pablo Rodríguez Sardinero, remarca el carácter austero de los presupuestos de este año y a su vez crea la Ciudad de la Navidad. Aunque quizá este sea el peaje que los magos de oriente o el gordo bonachón de traje rojo le han solicitado para traerle el regalo que les ha pedido con toda la ilusión del mundo, que no es ni más ni menos que hagan que la deuda que su gestión, y la que le dejaron en herencia, desaparezca por arte de magia y se convierta en bonanza económica para Arganda y para sus habitantes. Pero lo que ha olvidado el señor Rodríguez Sardinero es que Papa Noel y los Reyes Magos a los que se portan mal solo les traen carbón.