Distintas clases de pobreza

Normalmente cuando nos hablan de pobreza tendemos a asociar ese concepto a la cantidad de dinero que cada persona tiene acumulada para obtener un bienestar en su vida diaria o tener una mejor calidad de vida. Cuanto más dinero mayor calidad de vida y cuanto menos peor calidad, parece lógico. Sobre esa idea se podrán decir muchas cosas, y probablemente estemos de acuerdo los unos con los otros, lo que no nos paramos a pensar es que quizá exista otro tipo de pobreza, la que yo llamo pobreza social.

Esa pobreza del que decide invadir un país para “liberarle”, la pobreza del que nos vende unos ideales un año y al siguiente los cambia, esa pobreza del que discrimina por cuestiones religiosas, sexuales o de clase social, la pobreza del que maltrata a la persona que dice que más quiere, la misma pobreza de los que intentan imponer sus ideales a través de las armas, esa pobreza del que usa los medios de comunicación para vender odio hacia los que no piensan como ellos, la pobreza del que especula con las ilusiones de la gente que pone sus ahorros en juego para que esa misma persona se lucre, ese tipo de pobreza del que usa a los inmigrantes para la mejora del país y cuando hay problemas económicos les echa la culpa a ellos, la pobreza de aquel que hace subir a unas personas en una patera y les hace cruzar el estrecho sin saber si van a llegar a tierra, la pobreza del explotador sexual…

Si reflexionamos, no solo habría que atajar la pobreza en la que todos pensamos cuando nos proponen hablar de este tema, seguramente sea una pobreza más importante la económica para los que no tienen nada o tienen muy poco y también para nosotros, pero este tipo de pobreza social va avanzando a pasos agigantados y deberíamos lograr erradicarla.